9. Cuando
el individuo, para quien la dualidad y la trinidad
existen,
es rastreado, éstas se sueltan y caen.
Entonces todo movimiento mental cesa para siempre.
10. ¿Puede
haber conocimiento sin ignorancia?
¿Puede la ignorancia existir sin el
conocimiento?
Buscar la fuente del individuo a quien
pertenecen,
y morar ahí, es verdadero conocimiento.
11. ¿Puede
el conocimiento de todo, sin el conocimiento
del Sí mismo, ser verdadero conocimiento?
El conocimiento del Sí mismo, que es el soporte del
conocedor y lo conocido,
destruye la pareja de conocimiento e ignorancia.
12. Ni
el sueño profundo ni la cognición de los objetos es
conocimiento.
En el verdadero estado, que es diferente de
ambos,
no hay ningún conocimiento de objetos;
sólo brilla la consciencia.
Por tanto, no es un vacío.
COMENTARIO
Lo que distingue a las
enseñanzas de Bhagavan es Su enfoque sobre lo familiar, eso que es parte de
nuestra experiencia diaria, el «yo», el individuo. Pues en la comprensión de la
verdadera importancia de este «yo», está la clave del descubrimiento de la verdad.
Los versos 9 y 10
introducen el tema de Vichara, o la
indagación centrada en el «yo». El
«yo» no puede soportar la atención
indagadora, y la garra del profundo hábito de identificar al «yo» con el cuerpo
se soltará. Una tal indagación tiene el efecto de volver la mente hacia dentro
y de retrotraerla a su fuente, la consciencia. En adelante, el «yo» cae, por
así decir, dejando sólo la sensación de «yo» como una vibración continua del
Corazón.
El verso 11, que
recalca la supremacía del Auto-Conocimiento, nos recuerda un verso del Anma Viddai, donde Bhagavan se refiere a
la futilidad de conocer todo lo demás, y ser consciente de la realidad sobre
uno mismo. Mientras uno considere al «yo» como separado e independiente, uno
sólo puede estar en un estado de ignorancia. El veedor, lo visto y el acto de
ver, serían considerados también como distintos uno de otro. «A aquel para
quien el sujeto no es diferente del Sí mismo, el objeto y la cognición tampoco
aparecen diferentes del Sí mismo. A aquel para quien el sujeto es diferente del
Sí mismo, el objeto y la cognición también aparecen diferentes del Sí mismo».
Al sueño profundo se
hace referencia en el verso 12, pues los objetos son no-existentes para «el que
duerme profundamente». En el estado de vigilia los objetos son percibidos. El
verdadero estado es diferente de ambos, pues en ese estado aunque los objetos
son aprehendidos, no distraen a la mente. Este verso también niega categóricamente
la teoría de que el estado supremo es un vacío, y afirma que, al contrario, es
un estado en el que la consciencia brilla resplandeciente.
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